No es un secreto que te quiero... Inexplicablemente, la vida te trajo a mí cuando permanecía en sueño profundo. Al mirarte, una inquietud apareció en mis sentidos: desperté. 
No es un secreto que la poesía nace de un corazón enamorado; cada letra, cada verso lleva tu nombre: bello presagio. 

No es un secreto que tu ausencia se nota en mis ojos. Voltear y no encontrarte es como contemplar una noche sin luna, una noche sin estrellas, una noche sin nada. Al final comprendí que la voz inconfundible del Amor era la tuya, una voz dulce dedicada a estremecer el corazón de los hombres, pero más el mío.

Siempre buscaré tus ojos, siempre buscaré tu mirada para reflejarme, por lo menos un segundo, en ella. No es un secreto que yo nací después del fuego, nací cuando tu amor pertenecía a alguien más. Por infortunio, el tiempo me traicionó y no tuve oportunidad de conocerte antes, todo lo contrario, llegaste y lo que percibí era simplemente un cúmulo de cenizas.

No me juzgues si esas cenizas me hacen temblar, no me juzgues si cada vez que te acercas a mí permanezco en silencio, no me juzgues si amo escucharte hablar sobre el origen del café, no me juzgues si amo escucharte cantar. No me juzgues si al final comprendí que la voz inconfundible del Amor era la tuya...